viernes, 15 de octubre de 2010

Irradien Mi Misericordia y esplendor


Señor, perdóname, ¡cuánto Te he ofendido! ¡Cuánto dolor Te causé obrando mal! Te suplico, Padre Eterno, que me ayudes a perseverar en lo que Tú, con tanto Amor, me pides; que me hagas ser un alma dispuesta a entregarlo todo por Amor, por mayor gloria y por anhelo a ser útil para la salvación de las almas.
Bendice, Señor, cuanto OBRE mi pobre corazón; bendice mi lengua, mis pensamientos, y rectifica mi intención.
"De Mi mano y en Mi compañía se recorren los caminos más pedregosos, sin sobresaltos, con calma y serenidad. En Mí vuestra agonía se hace gozo y vuestras dudas consuelo.
No sufras, estoy para sanarlos y aliviarlos. ¿Por qué no revisten su alma con Mi Luz de esperanza y Amor, con Mi paz y Mi perdón, y se vuelven resplandores que iluminen a los que están en las penumbras?
No olviden que Mi Luz se hace evidente en las almas en gracia y que Mi Amor OBRA AMOR desde vuestra humildad y entrega.
Confesaos, hijos míos; los quiero resplandescientes y puros. Los invito a saciarse de paz y a ser puentes de verdadero y auténtico Amor.
Irradien Mi paz y Mi bondad.
Irradien Mi Misericordia y esplendor".

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