jueves, 11 de diciembre de 2014

Rosario meditado para rezar los Primeros Sábados de mes


En sus apariciones en Fátima, la Virgen pide los Cinco Primeros Sábados de Reparación 
Hacia el final de la reseña, ofrecemos las meditaciones correspondientes a los misterios gozosos, para rezar y meditar los Primeros Sábados de mes, con espíritu de reparación, según el pedido de la Virgen en Fátima

La Virgen le a Sor Lucía que “con el fin de prevenir la guerra, vendré para pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora en los primeros sábados de mes”. La promesa hecha por Nuestra Señora a Lucia en Julio 13, 1917 de que habría una manifestación futura concerniente a la práctica de los Cinco Primeros Sábados fue cumplida el 10 de diciembre de 1925.
Lucía era postulante en el Convento de las Doroteas en Pontevedra, España cuando tiene una aparición de la Virgen sobre una nube de luz, con el Niño Jesús a su lado. La Santísima Virgen puso su mano sobre el hombro de Lucía, mientras en la otra sostenía su corazón rodeado de espinas. El niño le dijo: “Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre. Está cercado de las espinas que los hombres ingratos le clavan a cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para sacárselas”.
Inmediatamente dijo Nuestra Señora a Lucía: “Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que, durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación”.
Los elementos principales de los 5 primeros sábados de reparación son:

1-Confesión. Es esencial en el camino del arrepentimiento y la conversión. 
2-Eucaristía: Recibir la Santa Comunión. El primer fruto de esta devoción es el culto a la Santa Eucaristía en sus tres aspectos: sacrificio, comunión y adoración. Acompañar al Santísimo Sacramento por quince minutos.
3-Rezo del Rosario con dos aspectos: oración y meditación. Se rezan cinco misterios con la meditación de los misterios.
La oración vocal del Rosario tiene siempre en su base un acto de meditación interior en los misterios de la vida, sufrimiento y gloria de nuestro Señor y de la Santísima Virgen. La jaculatoria que la Virgen pide que recemos después de cada misterio: “Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno. Lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu infinita misericordia”.
Estas almas son las de los pecadores por quienes rezamos por su conversión y salvación eterna. Estos pecadores pueden ser los que están más obstinados en su pecado sin arrepentirse, aquellos que están, sin saberlo, al borde de la muerte y están en pecado mortal. Finalmente, aquellos que por circunstancia de lugar, están lejos de la posibilidad de conseguir un sacerdote y recibir los sacramentos incluso en sus últimos momentos. Por estas pobres almas, las que están en mas necesidad de la misericordia de Dios, deben ser derramadas las eficaces oraciones de las almas cristianas, intercediendo por ellos, haciendo reparación, uniéndose en meditación con el corazón de María, Madre y Refugio de los pecadores.
Promesa de Salvación Aquellos que practiquen esta devoción de los cinco primeros sábados , Nuestra Señora prometió: "Yo os asistiré a la hora de vuestra muerte con las gracias necesarias de salvación". Ella no promete la salvación eterna, sino las gracias necesarias para la salvación. Hay muchos testimonios de almas que son especialmente devotas del Corazón de María, que reciben un conocimiento del cielo que la hora de su partida está cerca. No es precisamente un anuncio de la muerte, pero si una nueva y gentil preocupación por recibir con más dignidad los sacramentos, con una intención mas pura en todas sus acciones y se intensifica la caridad y la dedicación al apostolado. El Corazón de María va perfeccionando las almas de sus hijos hasta llegar a su encuentro decisivo con su Divino Salvador.


Espíritu de Reparación
Todos estos actos de la devoción, deben hacerse con la intención de reparar las ofensas cometidas en contra del Inmaculado Corazón de María. Aquellos que la ofenden cometen una ofensa doble: ofenden a su Divino Hijo, y ponen en peligro su salvación. Esta reparación hace énfasis en nuestra responsabilidad hacia los pecadores que no oran y no hacen reparación por sus pecados.
Esta devoción nos presenta una responsabilidad social y nos recuerda de que para ir a Dios debemos amar a nuestros semejantes y tratar de salvar sus almas. También nos enseña una forma excelente de hacerlo, a través del espíritu de reparación al I.C. de María. Hay quienes se preocupan de que se les puede olvidar en cada uno de los cinco sábados ofrecer por la intención de reparación. Pero esto se puede evitar haciendo la resolución de ofrecer esta reparación desde el primer sábado que se empieza.. "Dios mío yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, y no te aman" (el ángel a los pastorcitos de Fátima)
¿Por qué 5 Sábados? Después de haber estado Lucía en oración, Nuestro Señor le reveló la razón de los 5 sábados de reparación: "Hija mía, la razón es sencilla: se trata de 5 clases de ofensas y blasfemias proferidas contra el Inmaculado Corazón de María:  
1-Blasfemias contra su Inmaculada Concepción.

2-Contra su virginidad,

3-Contra su Maternidad Divina, rehusando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres.

4-Contra los que procuran públicamente infundir en los corazones de los niños, la indiferencia, el desprecio y hasta el odio hacia la Madre Inmaculada.

5-Contra los que la ultrajan directamente en sus sagradas imágenes.

"He aquí hija mía, por qué ante este Inmaculado Corazón ultrajado, se movió mi misericordia a pedir esta pequeña reparación, y, en atención a Ella, a conceder el perdón a las almas que tuvieran la desgracia de ofender a mi Madre. En cuanto a ti procura incesantemente con tus oraciones y sacrificios moverme a misericordia para con esas almas".

También es importante establecer un tiempo fijo para la devoción, en este caso los primeros cinco sábados de mes. Esto nos ayudará a establecer un hábito. La misma Iglesia lleva nuestra vida espiritual por ciclos litúrgicos: cuaresma, adviento...

Importancia de esta devoción
En febrero de 1926 se le apareció el Niño Jesús preguntándole si había difundido la devoción a su Santísima Madre. Lucía le contó las dificultades que tenía en llevar a cabo esta misión. Jesús le respondió que con su gracia bastaba.
En Fátima, la Virgen misma desea recomendar esta devoción, especificando "cinco primeros sábados consecutivos" enriqueciendo esta práctica con la promesa de salvación. En la última instancia, es Dios quien es ofendido por cada pecado. Por esta razón, es Dios también quien es el objeto último de cada acto de reparación de los cristianos. Nosotros no podemos comprender propiamente el mensaje celestial dado en Fátima en este punto esencial de reparación si no lo hacemos reparando directamente al Inmaculado Corazón de María. Es nuestro Señor mismo quien nos dice: "Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre. Esta cercado de las espinas que los hombres ingratos le clavan a cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para sacárselas".
La predestinación de María en su Maternidad Divina, su colaboración activa en toda la obra de redención, su misión de ser madre espiritual de toda la Iglesia y de cada persona redimida por la preciosa sangre de Cristo, constituye una de las leyes básicas de la divina providencia para la aplicación efectiva de la redención en cada alma. Por lo tanto, la devoción a su Inmaculado Corazón debe ser intensificada y extendida. Consecuentemente quien ofenda a nuestra Madre, ya sea por blasfemia, por negación de su grandeza en su misión de corredención, o por tratar de despreciar la devoción a Nuestra Señora en la Iglesia o en las almas, al mismo tiempo ofende a Dios y a su providencia.

Un cristiano que comprende cuan vil son este tipo de ofensas trata de hacer reparación intensificando su amor filial y su disponibilidad a servir y trabajar arduamente para que el Reino del Corazón de María se establezca. Así responde el amor. Ambos aspectos de la reparación cristiana: primero directamente a Dios y subordinadamente al corazón de María, son manifestaciones complementarias de una misma realidad y un mismo espíritu.

  Frutos de esta devoción
En toda verdadera devoción a nuestra Señora (y la devoción a su Inmaculado Corazón es expresión perfecta de la verdadera devoción) hay siempre una invitación efectiva a regresar los corazones a Cristo Salvador. Cuando se trata de aquellos que han perdido la gracia, es una llamada a la conversión, a la vida de gracia y a la salvación eterna. Cuando se trata de almas que viven en la gracia de Dios, la verdadera devoción a María, les da un fuerte impulso por avanzar por la vía de santidad y crea en ellos un espíritu de apostolado cristiano. Esta es una ley constante en la vitalidad de la Iglesia. Ya sean Instituciones Marianas, Santuarios Marianos, movimientos y peregrinaciones Marianas, siempre han sido una llamada irresistible desde el corazón maternal de María, a un regreso de estas almas a Cristo. La práctica de los cinco primeros sábados en reparación, corresponde a este nuevo capítulo de la santificación para aquellos que desean escalar la montaña del amor y de la santidad.
Rezo del Santo Rosario meditado para el Primer Sábado de mes
Misterios Gozosos
1er Misterio: La Anunciación del Ángel a la Santísima Virgen María y la Encarnación del Hijo de Dios. 
Evangelio: “El ángel anunció a María y le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; 31 vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús". Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel dejándola se fue” (Lc 1, 26-38).
Meditación
El Ángel le anuncia a la Virgen que será la Madre de Dios. La Virgen, por ser la Inmaculada Concepción y la Llena de gracia, dice "Sí" a la Voluntad del Padre, y recibe, por obra del Espíritu Santo, al Verbo de Dios, que se encarna en sus entrañas purísimas. De esta manera, la Virgen es nuestro modelo ideal y perfectísimo para recibir la Comunión Eucarística, porque así como la Virgen creyó con su Mente Purísima la Verdad de la Encarnación anunciada por el Ángel, así nosotros debemos creer, sin adherirnos a doctrinas extrañas ni a supersticiones, en el dogma de la Presencia Real de Nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía, por la Transubstanciación, producida en la Santa Misa, en el momento de la consagración del pan y del vino, de manera tal que después de la consagración, ya no hay más pan ni vino, sino la substancia del Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo. También, así como la Virgen se adhirió con todo su Corazón Inmaculado a su Hijo, que se encarnaba en sus entrañas, sin amar a nada ni a nadie que no fuera su Hijo Dios, también así nosotros, al comulgar, debemos tener un corazón puro, que ame a Jesús en la Eucaristía y a sólo Él, y si ama a las creaturas, que sean en Él y por Él, y para Él, y nada que no sea por Él y para Él. También la Virgen lo recibió con su Cuerpo Purísimo, porque no hubo intervención de varón en la Concepción de Jesús; de la misma manera, nuestro cuerpo debe estar purificado por la penitencia, pero sobre todo, por la confesión sacramental, para recibir a Jesús Sacramentado, a imitación de María. Inmaculada Concepción, te pedimos que nos ayudes a que siempre te imitemos, para que recibamos a tu Hijo Jesús en la Eucaristía, con una mente, un corazón y un cuerpo puros, a imitación tuya, por la gracia santificante. 
Rezo
2do Misterio: La Visitación de María Santísima a su Prima Santa Isabel. 
Evangelio: “En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá;  entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo” (Lc 1, 39-46).
Meditación
La Virgen, encinta por obra y gracia del Espíritu Santo, emprende un largo y peligroso viaje para socorrer a su prima, Santa Isabel, encinta también ella. La Visita de la Virgen causa alegría y gozo en Isabel y el Bautista, quien salta de gozo en el vientre de su madre, y el motivo de la alegría de ambos, es que con la Visita de la Virgen llega Jesucristo, Dios Encarnado, el Redentor. Con su Visita, la Virgen nos enseña dos cosas: a obrar la misericordia con los más necesitados, y que su presencia maternal va siempre acompañada de la Presencia de su Hijo Jesucristo, Dios, Nuestro Señor. Visitemos a los enfermos de nuestra parroquia, sobre todo a aquellos que pertenecieron a las instituciones parroquiales, y hoy se encuentran solos y abandonados, y visitémoslos con el amor y la alegría de la Virgen y de Jesús.
Rezo
3er Misterio: El Nacimiento de Nuestro Señor en un humilde Portal de Belén. 
Evangelio: “El ángel les dijo a los pastores: les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre». Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él». Después que los ángeles volvieron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado». Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre” (Lc 2, 11-16).
Meditación
Jesús nace en un humilde Portal de Belén. El Dios de majestad infinita; el Dios al que los cielos eternos no pueden contener; porque tanta es su grandeza, el Dios ante el cual los ángeles postran sus frentes en adoración; ese Dios, nace como un Niño humano, en una gruta excavada en la roca, utilizada como refugio para animales, en una noche fría y estrellada. Luego de nacer virginalmente, atravesando el abdomen superior de María Virgen, así como el rayo de sol atraviesa el cristal y lo deja intacto, antes, durante y después de atravesarlo, un ángel lo recibe y se lo da a María, quien lo arropa con pañales, lo cubre con su manto, lo acuna entre sus brazos, colmándolo de amor maternal y lo amamanta. El Dios de majestad infinita, el Creador del universo visible e invisible, ha nacido como un Niño más, indefenso, aterido, temblando por el frío, llorando de hambre, necesitado del amor de una madre, y del abrazo materno, que calme el desamparo que experimenta el bebé al pasar de la seguridad del vientre materno al mundo exterior. La Virgen obra la misericordia con su Niño Jesús, que está desamparado y desvalido, alimentándolo, abrigándolo, cuidándolo, y así nos da ejemplo para que nosotros obremos la misericordia para con nuestros prójimos más necesitados. Le pidamos, en este misterio, a la Virgen Inmaculada, que, a imitación suya, sepamos obrar la misericordia, para que así "atesoremos tesoros en el cielo", de manera tal que, en el día de nuestra muerte, recibamos misericordia de parte del Dios de infinita misericordia. Amén.
Rezo
4to Misterio: La Presentación de Nuestro Señor en el templo y la Purificación de María Santísima. 
Evangelio: “Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor…” (Lc 2, 22-40).
Meditación
A los pocos días de nacer, la Virgen y San José llevan al Niño Dios al templo para el rito de la Presentación, rito mediante el cual se consagraban los primogénitos a Dios. En nuestros días, el ateísmo de la sociedad materialista ha invadido a numerosos fieles, de manera tal que han perdido la noción del misterio sacramental y de la gracia santificante contenida en los sacramentos, y es así como se piensa que los sacramentos -principalmente, Bautismo, Primera Comunión, Confirmación, Matrimonio-, son meros eventos sociales, y no eventos salvíficos, en los cuales se hace presente Jesucristo con su sacrificio redentor, para donarnos la salvación. Los sacramentos, lejos de ser meros eventos sociales, utilizados para "aparentar" y "aparecer" con un barniz de cristiandad a los ojos de los hombres, pero conservando un corazón y costumbres paganos, son los "canales de la gracia", por donde se actualiza y vehiculiza el sacrificio redentor de Jesucristo, gracia que actuando en la raíz más profunda del ser metafísico del hombre, le concede la participación en la vida divina trinitaria y lo convierte en hijo adoptivo de Dios. Le pidamos en este misterio a la Virgen, morir al hombre viejo, el hombre dominado por las pasiones, por la superstición, por el error, por la concupiscencia, y nacer al hombre nuevo, y que sea Ella, la Inmaculada Concepción, quien nos presente, como niños recién nacidos, entre sus brazos, a su Hijo Jesús, Dios Nuestro Señor.
Rezo
5to Misterio: Nuestro Señor perdido y hallado en el templo, entre los doctores de la Ley. 
Evangelio: “Cuando Jesús cumplió los doce años, subieron todos a la fiesta, según la costumbre; al volverse, pasados aquellos días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Creyendo ellos que estaría en la caravana, hicieron un día de camino. Luego se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles” (Lc 2, 41-51).
Meditación
Nuestro Señor, que tiene doce años, se queda en el templo, respondiendo las preguntas de los doctores y maestros de la Ley. Mientras tanto, la Virgen y San José emprenden el regreso a su hogar, de forma separada, pensando cada uno que Jesús está con el otro. Luego de tres días, se percatan de que no es así, por lo que regresan apresuradamente a Jerusalén, pensando que Jesús se ha perdido. La realidad es que Jesús no se ha perdido en ningún momento, sino que ha permanecido siempre, en todo momento, en el templo. Muchas veces nos sucede lo mismo: caminamos en dirección contraria al templo, en donde está Jesús, y lo perdemos de vista, y pensamos que Jesús nos ha abandonado; muchas veces, somos nosotros los que nos encaminamos hacia donde no está Jesús, y por eso creemos que Jesús nos ha dejado. Perdemos de vista a Jesús, pero porque vamos en dirección contraria adonde Jesús está: Jesús está en el templo; más concretamente, está en el sagrario; más concretamente, está en la Eucaristía. No dirijamos nuestros pasos en dirección contraria al templo; no dirijamos nuestros pasos en dirección contraria al sagrario; no dirijamos nuestros pasos en dirección contraria a la Eucaristía; dirijamos nuestros pasos hacia donde está Jesús: Jesús está en el templo parroquial; Jesús está en el sagrario de la parroquia; Jesús está en la Eucaristía. Junto a María, que en Jerusalén se encuentra con su Hijo Jesús en el templo, vayamos también nosotros al templo parroquial, al sagrario, a la Eucaristía, y hagamos Adoración Eucarística: adoremos a Nuestro Dios en la Eucaristía, que ha bajado del cielo para derramar su Amor inagotable e incontenible en nuestros corazones, en los corazones de todos aquellos que se acerquen a Él en la Eucaristía, con fe, con amor, y con un corazón contrito y humillado. María, Inmaculada Concepción, tú que encontraste a tu Hijo en el templo, llévanos de la mano al templo, al sagrario, a la Adoración Eucarística, infúndenos tu mismo amor por la Eucaristía, para que amando a tu Hijo en la Eucaristía, en el tiempo que nos queda por vivir en esta vida terrena, lo continuemos amando por toda la eternidad, por los siglos de los siglos, en el Reino de los cielos. Amén.
Rezo