Oración inicial: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro
y te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, te
aman” (tres veces)-
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los
sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los infinitos méritos de
su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de María, os pido la
conversión de los pobres pecadores. Amén”.
Meditación.
Uno
de los nombres de la Virgen es “Nuestra Señora de la Eucaristía”. Nos podemos
preguntar la razón: ¿por qué la Virgen se llama “Nuestra Señora de la
Eucaristía?”. La razón es que la Eucaristía surge de la Virgen, de su
seno virginal. Es decir, la Eucaristía es la unión entre el Cuerpo y la Sangre
de Nuestro Señor Jesucristo y la Persona Divina del Hijo de Dios. En otras palabras,
la Eucaristía es la unión hipostática, esto es, en la Persona del Hijo de Dios,
de la Humanidad Santísima de Jesús de Nazareth y esta unión -que es de carácter
nupcial, por la cual la Divinidad se une a la Humanidad-, se lleva a cabo en un
lugar especialísimo: en el seno virginal de María Santísima. Por esta razón, la
Virgen es llamada “Nuestra Señora de la Eucaristía”, porque la Eucaristía, que
es un sacramento, se produce en su seno virginal, por obra del Espíritu Santo,
el Amor de Dios.
Por lo tanto, llamar a la Virgen “Nuestra Señora de la
Eucaristía”, no es adjudicarle un nombre que le viene impuesto desde afuera,
sin relación con la realidad: la Virgen es la Señora de la Eucaristía por derecho
propio, porque es en su seno virginal en donde Jesús, el Sacramento del Padre,
se confecciona, por así decirlo.
Oración final: Un Padrenuestro, tres
Avemarías y un Gloria.
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