sábado, 4 de diciembre de 2010

Soy socorro para los que Me buscan abrumados por el mundo


Señor, hazme vivenciar Tu Presencia y sáname de toda imperfección para que puedas permanecer siempre a mi lado. Así podré, Padre Misericordioso, mostrarte sin evidenciar mi nada sólo Tu Bondad y Tu Simpleza, sólo Tu Misericordia y Tu magnánimo Corazón.
"Soy socorro para los que Me buscan abrumados por el mundo.
Hija Mía, sé cuánto cuesta mostrarMe cuando no se es perfecto, pero considera que estás en el camino y que va muy cerca de Mi Corazón.
Mira cuántos caminan en una desolación y en un desierto de amargura y soledad; necesitan iluminar sus pasos y conocerMe; necesitan saber que existe alguien que los ama y que dio su vida con generoso AMOR, por amor a sus hijos, por amor a las almas que necesitaban de su Vida, de su Pan que es PUREZA y FORTALEZA para que crezcan y puedan comprender tan maravilloso misterio, tan elocuente abrazo de Misericordia.
No estés triste, alma Mía.
En la medida que Me hagas conocer, obraré más en tu corazón".

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