martes, 19 de julio de 2011

Está mi Corazón deseoso de vuestra compañía



Señor, ¡cuántas grietas tiene nuestra alma! ¡Cuánto dolor, al comprender el AMOR VERDADERO y TU GENEROSIDAD! ¡Cuánta tristeza desgarra mi alma, Señor, cuánta ingratitud ante tanto AMOR y MISERICORDIA! Revístenos, Señor, con tu Bondad y reálzanos a tu luz, para que junto a tu Corazón podamos VIVIR en tu Paz.

"Mis hijos, les tengo preparado un lugar especial con gloriosos regalos de exultante Amor. Son mis hijos y como tal los quiero GLORIAR en mi Paz.
Sean destellos de mi refulgente y vivaz Luz de Amor y podrán llegar a ocupar un lugar en mi Reino.
Está mi Corazón deseoso de vuestra compañía, está mi Corazón llamándolos a cada instante. Los amo, Mis hijos, y es por eso que los quiero llevar a mi Gloria.
VIVID EN MÍ Y SABRÉIS DEL AMOR.
Ejerced todo cuanto sea de mi agrado, de vuestra santificación y serán vuestros días en la tierra una morada en unión al BIEN, a la perpetuidad salvífica y gloriosa".

Ya no hagas planes puesto que eres mía



30-06-94


M. Hija mía, dame tus primeros instantes al despertar y el AMOR te abrazará.

F. Rezo algunos AVEMARÍAS, luego la Mamá me dice:

M. Hija mía, tus hermanos te necesitan. Sabes bien lo que me gusta y lo que quiero de ti.
Del "qué dirán" no te preocupes, eres Mi hijita predilecta y Yo te conduzco. Quédate siempre en Mi Corazón y hallarás la PAZ. ¿Qué importa si los demás no te comprenden? Te doy suficiente Amor como para que no te apegues a nada.
F. Mami, estoy intranquila.

M. Debes aprender a escuchar más. Quiero todo de ti. Todo tu tiempo. Hijita, ya no perteneces a este mundo. ¿Acaso no sientes así?
F. Sí, Mami. Aunque tal desprendimiento me costó mucho dolor y aún me cuesta.
M. Fue necesario. No te sientas sola, tienes muchos hermanos a tu alrededor a quienes amar y ayudar.

F. No sé qué hacer.
M. Pues ésa es tu misión, dejarme hacer. Tú sólo debes mantenerte pegadita a Mi Corazón. Yo te inspiro y te hablo. Sé tú misma en cada circunstancia.
F. Mami, yo quiero ser como Vos.
M. Entonces, Yo te enseño.

Más tarde:
M. Hija mía, el tiempo se acaba y tengo sed de almas. Hay tantas por salvar... Estate atenta a Mi voz.
Mortifica tu cuerpo y tus sentidos. Sé moderada en el hablar: sólo lo necesario.

No te preocupes por nada más que por ayudarme a salvar almas. Esos pequeños sacrificios que me ofreces salvan un alma por cada uno.
Entonces, en el día puedes salvar más de una.
De todo lo demás me ocupo YO.

Sonríe a todos, aún en las dificultades. Puesto que la Madre vela. Ser santo cuesta. Sin embargo he acompañado a Mi Hijo hasta el Calvario. ¿No haría lo mismo con cada hijo mío? Entonces, ningún temor.

Te dejo Mi santa Alegría. Y recuerda la consigna de hoy: ABANDONO.

Hijita mía, ¡cuánto gozo traes a Mi Corazón cuando te reúnes Conmigo en Oración! También puedes sentir Mi Presencia en cada momento de tu jornada. Y aún en aquellos momentos en que la sensibilidad desaparece, estoy junto a ti. No estés triste, hijita. Te llevaré a una mayor intimidad Conmigo y tendrás dulces alegrías que Mi Corazón reserva celosamente a Mis hijos predilectos.

Dile a Mis hijos que los amo, ¡a todos!, y que me manifestaré aún más.
Tu vida jamás será como antes, pero no tengas miedo. Ya no hagas planes puesto que eres mía, me perteneces. Sólo acepta cada día lo que Mi Corazón Inmaculado te regala y sé feliz. Yo soy tu Paraíso.

En verdad te digo, serás un dulce reflejo de tu Mami. Me verán en ti y así serás Mi deleite. ¿No te sientes digna? Eso no interesa. Yo te he engendrado y serás DIGNA HIJA DE TU MADRE.
"Pido a Mis hijos moderación en el hablar. La Madre los educa porque los Ama."

martes, 5 de julio de 2011

Oren a diario, con confianza y entrega



María, Madre mía, X. me lastima porque no puede comprenderme y siento necesidad de tus palabras para que pueda abrir más su corazón a la luz del cielo.

"Mi hija. Estoy en cada uno de ustedes y soy quien os guiará al Padre.
Veo en sus almas mucha soledad y tristeza.
Veo que es la oración dejada de lado y olvidada.
Mi hija, no solo se ora cuando se está en apuros; se ora a diario, con confianza y entrega.
Está mi Corazón y el de vuestro Padre deseosos de amor.
El mundo está deseoso de nuestro Amor.
Corrijan vuestras faltas y todo lo que los enfrenta con sentimientos dispares a lo que nosotros os concedemos, y OREN con el mismo fervor con el que se agradece.
No tengas miedo, hija mía, déjate guiar, déjate amar.
Os bendigo.
María".